Querida familia:
El pasado jueves 26 de marzo recibí una llamada que, tan solo unos pocos días después puedo afirmar que me cambió y que me va a marcar para siempre.Me daban la noticia de que aceptaban mi solicitud para trabajar como celadora en IFEMA. El primer día, aunque mucho caos y el descontrol, ves todos los que están allí son voluntarios. No solo los celadores, que en su mayoría los formamos aquellos que en nuestro día a día nos dedicamos a otra cosa, sino el resto del cuerpo sanitario, que deciden cambiar su centro de trabajo por venir aquí.Tras varios días de intenso trabajo, poco a poco se van acomodando las tareas. Tanto mis compañeros como yo nos dedicamos a ayudar a médicos, enfermeros, auxiliares de enfermería y sobre todo a los pacientes en todo lo que nos pidan. Acompañamos a la gente al baño, tomamos las constantes, cambiamos pañales y vaciamos cuñas, damos la cena, cambiamos bombonas de oxígeno o simplemente conversamos con algún paciente aburrido para que su estancia allí sea lo más llevadera posible.Aunque las protecciones que llevamos te hagan pasar calor y sudar, te duela la cabeza e incluso llegues a marearte, cuando ya no puedes más por que te duelen los pies y tienes las piernas cansadas, siempre hay algo que te impulsa a seguir a pie de cañón con una sonrisa.Unas veces es Francisca que a sus 76 años te invita a tomarte un cafetito con churros a media tarde, tomándose con humor que le tengas que acompañar al baño y otras veces es cada vez que escuchas aplausos en cualquier lado del pabellón, y últimamente cada vez son más, pues indica que hay un alta nueva.Por eso, cuando llegan las 8, suena la música y todos aplaudimos, nosotros lo hacemos todo lo fuerte que podemos. Aplaudimos por los que están allí ingresados para que sigan con fuerzas y pronto se recuperen, pero aplaudimos también por sus familiares, por aquellos que han perdido a alguien en estos días tan duros, por aquellos que siguen trabajando para que no nos falte de nada y sobre todo por ti, que te quedas en casa, cuidando de tus seres queridos, siempre con una sonrisa y aguantando hasta que todo esto acabe.Nos vemos pronto,Marta González Sánchez.
