Tras una semana diferente de trabajo en la que nos entrena cada día un coach diferente y que nos sirve también para aprender de otras personas y formas de trabajar ponemos rumbo a Corazonistas a jugar nuestro primer partido fuera de casa. Cuando llegamos (Aunque ya nos habían avisado) vemos que nos toca jugar en la calle y comienzan las quejas, que si me da el sol, que si la pista resbala, que si hace viento ... en fin todo eran pegar para ponernos a jugar.
Tras un largo calentamiento, comienza el partido y comenzamos flojitas y desconcentradas, muy lejos de nuestra mejor versión. En defensa estamos bajas y lejos de balón y permitimos que constantemente nos corten por delante, lo que les genera canastas fáciles ya que nuestra ayuda no llega tan lejos. En ataque estamos blanditas lo que nos lleva a fallar entradas fáciles y perder balones por falta de tensión. En el segundo cuarto nos ponemos el mono de trabajo y subimos la intensidad, comenzamos a apretar en defensa lo que se traduce en robos de balones y canastas fáciles a nuestro favor y menos acierto por parte del rival. Aunque nos cuesta un mundo ir corriendo a sacar. Tras el descanso queremos mantener nuestra intensidad sin embargo volvemos a ser la versión del primer cuarto, banditas y sin ganas. Ya en el último cuarto, conseguimos maquillar el resultas, gracias a varias canastas tras robo damos un paso hacia delante en anotación y conseguimos llevarnos el partido.
Necesitamos ser nuestra mejor versión en defensa durante todo el partido y no solo trabajar a ratos.