Se cierra un ciclo. Con la "sorprendente", y no por ello merecidísima, participación en el Campeonato de España, ese grupo de niños/jugones/AMIGOS ha hecho realidad lo que parecía algo inalcanzable. Y cerraron su etapa infantil como han hecho en todo momento: dejándose la piel en cada jugada hasta llegar al límite de la extenuación, tanto ellos como sus rivales, a los que exigieron al máximo. Lo hicieron con el hiper poderoso Real Madrid en Liga autonómica y lo han vuelto a hacer en Galicia contra colosos ACB como Valencia y Joventut, o frente a un Tenerife con una torre de casi 2,10 m.
Es difícil sentirse más orgulloso. Ahora ya nos queda el recuerdo de esos grandes partidos en la fase de grupos en A1 (y pensar que la plaza original era A3, ufff), de ese angustioso play off de cuartos ante un rival espectacularmente reforzado a última hora, de esa brutal remontada (una más) en la F4 contra un ACB como Estudiantes... En definitiva, el recuerdo de lo vivido, de lo disfrutado, que ha sido mucho y que la perspectiva del tiempo terminará colocando en su lugar adecuado. Aunque ya nos hemos encargado de ir saboreando cada momento.
Los chicos son los grandes protagonistas, pero nada de esto habría sido posible sin el conocimiento y esfuerzo de un trío técnico entregado a la causa, sabiamente dirigido por un patrón capaz de aunar las funciones de entrenador/directivo/padre y cuya figura sale aún más reforzada en los círculos baloncestísticos.
La nave ha llegado a su puerto. Es la hora de guardar las botas, las camisetas, las medias, los protectores, los rodillos... de no estar pendiente de la hora para ir al entrenamiento. Es el momento de echar la cremallera a la bolsa y guardarla hasta próximos retos.
Culmina así un viaje que ya forma parte de los mejores recuerdos de quienes hemos tenido la suerte de disfrutarlos en algún momento de estas tres inolvidables temporadas (familiares, amigos, club, incluso rivales que ahora cuentan entre sus amigos...).
Un simple "gracias" no me resulta suficiente para transmitir tal cúmulo de sensaciones. Pero tampoco sé otra forma mejor de expresarlas. Así que, dado que Facebook no me permite aumentar el tamaño de la letra, pulso con toda mi fuerza interior la tecla de las mayúsculas y lo repito: ¡¡GRACIAS!!
ÁNGEL PÉREZ
Fotografías de Pepa San Román (madre de Gonzalo)